"¡Madrid, a jugar con garra!" | Marca

El fútbol ha experimentado numerosos cambios, pero hay aspectos que perduran. Una de las expresiones que suele surgir entre los aficionados tras la derrota de su equipo, especialmente si se trata de uno de gran renombre, está frecuentemente vinculada a la percepción de que los jugadores no han corrido lo suficiente. “Échale ganas”, resuena en las gradas cuando es necesario revertir un resultado adverso. Es fácil dejarse llevar por la emoción y pensar que los futbolistas están siendo superados porque parecen moverse con falta de intensidad, mientras que el contrincante se muestra más activo y ha exhibido la determinación que tú anhelas ver en tus jugadores. Es un análisis simple y, a menudo, poco fundamentado, pero en algunas ocasiones, ese aspecto puede marcar la diferencia y tiene más lógica de la que aparenta.

Días después del 2-5, los madridistas sigue recurriendo a la frasecita para entender el repaso sufrido. El baño del Barça fue táctico y futbolístico en todos los sentidos, pero el madridismo sintió eso y también lo otro, que sus jugadores pudieron correr más y no lo hicieron. Al fútbol se juega con balón y sin él. En Yeda consta que el Real Madrid se olvidó de una máxima de toda la vida y en todas las categorías. Si no das la mano al compañero, se abre la puerta, y por la del equipo blanco pasó un equipo rival entero que fue un vendaval. Se pudo hasta derrumbar la casa, pero por suerte para el Madrid, a Szczesny se le ocurrió correr, salir del área y hacer una falta que alivió la noche blanca. Pintaba a noche histórica y que cinco fueran pocos.